domingo, 3 de noviembre de 2013

LO QUE LOS ULTRAS SE LLEVARON

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Sabiendo muy bien que aquí se habla sobre todo lo que pasa en el campo, pero considerando los últimos eventos, es inevitable no referirse a lo que sucede en la grada. Es un mundo paralelo que desde hace mucho ha perdido parte de su conexión tradicional con el deporte más amado de Serbia, pero todavía mantiene con ello un lazo inseparable. El mundo atroz de los ultras, lleno de antorchas, armas y violencia, donde no pocas veces preside la regla de “Matar o ser matado”. Un mundo donde la violencia es tan natural como el respirar, y que cada día atrae más y más jóvenes. Este hecho se explica muchas veces por la falta de perspectiva y el obvio mal estado del país, donde quedan pocos ídolos apropiados para los más jóvenes y susceptibles. Se dice que los políticos representan la manifestación de la condición de un país y consecuentemente, los ultras son una mera muestra de la falta de poder y el deseo político de luchar contra todo ello. En un país acostumbrado a la violencia, que aparentemente se desarolla más cada día, los eventos deportivos como Derbi de ayer no son inesperados. En el 145. encuentro de los dos equipos más grandes de la región lo último que se miraba fue el fútbol, que ha dejado de ser digno de mucha atención gracias a las malas gestiones, la corrupción y la falta de capacidad para crear un cambio importante. Todos los ojos estaban en la parte del sur de la grada donde los “fans” de Partizan quemaban sus propias banderas para deteriorar el campo de su peor enemigo deportivo, Crvena Zvezda.

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Ese deseo tan fuerte no se pudo apagar ni con enormes cantidades de agua arrojadas por los bomberos, que gracias a los ultras que protegioeron el fuego en la grada con sus propios cuerpos, apenas pudieron extinguirlo. Uno de los “protectores de fuego” casi perdió la vida por ponerse entre el agua de los bomberos y el fuego, lo cual causó su caída desde la grada. Los ultras rojiblancos terminaron con su parte del conflicto antes del Derbi,en uno de los barrios más lejanos de Belgrado, con una pelea después de la que surge la noticia que uno de los afectados se pierdió la vida. Por suerte la noticia resulta falsa, pero desafortunadamente, este epílogo tampoco sorprendería.

Así que se impone una pregunta. ¿Qué es lo peor, el hecho de que la hipotética muerte de un joven aficionado no nos sorprendería tanto, o que vivimos en un mundo donde las cosas de este tipo ya casi que no nos impactan? El shock, si existe, es breve, hasta que la atención no la ocupan otras noticias o eventos de la vida cotidiana. Sobre los escándalos y las tragedias se escribe por un par de días, hasta que no se replazan por otros,y así vamos. Vivimos en un mundo indudablemente cruel, donde la gran mayoría de grupos aficionados del fútbol ya no tiene nada que ver con su supuesto deporte preferido, mientras los actos de sus miembros han perdido cada cantidad de prudencia. Gracias a esta gente, escondida bajo pasamontañas y capuchas, que utilizan cada ocasión para hablar sobre como adora a su equipo, un aficionado normal casi que no puede irse a ver un partido de su club preferido, mientras por todos los susodichos riesgos los padres se atreven muy pocas veces de llevar a su hijo a ver a sus ídolos en el campo. Antes de cada partido importante la ciudad parece bajo asedio por la policía y la gendarmería, que aparentemente cada vez se prepara para lo peor. Para proteger a los ciudadanos de personas que si realmente querrían a su club tal y como siempre dicen, no harían todo lo que hacen. Y no se debe olvidar que entre la violencia ocurrió todo un derbi, donde ganó Crvena Zvezda con un 1-0 gracias al gol en propia de Milan Obradović, pero el resultado del campo, como ya se sabe, pasó bastante desapercibido, comparando con todos los demás acontecimientos. Porque mientras el show esté en la grada y no en el campo, y los ultras impongan su ley en el juego, no habrá forma de impedir incidentes como estos. Esa es la nuestra realidad desde hace años y no parece que cambiará pronto. Por lo menos no a mejor.

J. @AnatomyJ_

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