sábado, 11 de junio de 2016

MARKO PJACA: ARGUMENTO PRESENTE Y ESPERANZA FUTURA

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Después de años, la afición del Maksimir ha vuelto a ser unánime al corear el nombre de un jugador. (Foto: Reuters).

La relación entre dos clubes de Zagreb, el campeón nacional Dinamo y su vecina Lokomotiva, ha levantado tanta polémica como provechosa ha sido para el primero de los mencionados. El de facto segundo equipo de Dinamo en la primera división croata se encarga de fraguar a los jóvenes talentos (y en numerosas ocasiones recibir los descartes) y prepararles para un futuro regreso al Maksimir. De este vínculo simbiótico Lokomotiva también obtiene beneficio y responde asegurando un trato preferente a Dinamo en cuestión de traspasos. Son frutos de esta política futbolistas como: Šime Vrsaljko, Marcelo Brozović, Andrej Kramarić y nuestro protagonista, Marko Pjaca.

Marko Pjaca nació el 6 de mayo de 1995 en el seno de una familia de deportistas. Su madre, Višnja, fue la segunda clasificada en Judo en Yugoslavia, y posteriormente primera en Croacia. Su padre, Željko, campeón de lucha libre y entrenador de la selección croata en la misma disciplina. A los 8 años el pequeño de los Pjaca comenzó a entrenar en un modesto equipo de las divisiones menores del fútbol nacional, el ZET, donde permaneció un año hasta incorporarse a las categorías inferiores de Dinamo. A los 15 años, sin embargo, regresó a su club de origen donde nuevamente solo se mantuvo un año hasta recalar en otra de las escuelas reconocibles de la capital, la de Lokomotiva. Vistiendo la camiseta blanquiazul bajo la batuta del ex portero internacional yugoslavo Tomislav Ivković, y ya como un habitual en las las selecciones jóvenes de Croacia, tuvo su debut profesional a los 17 años, fue participe de la primera presencia del equipo en una clasificación europea, y tras su brillante curso 2013/2014, arropado por un plantel joven cuyo juego se contaba entre los más atractivos del campeonato, se ganó su regreso a Dinamo. Esta vez nadie albergaba dudas: Pjaca llegaba como uno de los mayores talentos de Croacia, y esta vez lo hacía para quedarse. 

Los éxitos colectivos y premios individuales conseguidos por el joven extremo en el Maksimir confirman que ha estado a la altura de las expectativas: dos dobletes (Liga y Copa) consecutivos,  presencias en la fase de grupos de la Champions League y la Europa League (memorable su actuación y hat-trick ante el Celtic), premio al mejor jugador joven de Croacia en 2015, premios al mejor jugador del campeonato croata en 2015 y 2016, parte del once ideal en ambas campañas, y, la guinda a todo lo anterior, la convocatoria con la selección absoluta para la Eurocopa de Francia. Parece que tras dos felices años, las posibilidades de Dinamo de mantenerle tras el torneo, en el que cuenta con opciones de figurar en el once inicial tras la retirada de Olić, son mínimas.

Pjaca se desempeña mayormente como extremo izquierdo a pierna cambiada, pero puede actuar en la derecha, como mediapunta, e incluso como delantero centro. Ha declarado que prefiere partir de posiciones centradas, pero su frecuencia en las mismas ha sido menor, y es en banda donde ha brillado con luz propia en Croacia. Se trata, en esencia, de un futbolista muy técnico, cuya elegancia y facilidad para solventar situaciones de uno contra uno hacia ambos perfiles le definen como un gran regateador. En esta faceta cuenta con numerosos recursos, tanto si es en carrera como en estático. Pjaca es un apasionado del fútbol sala, y la práctica del mismo durante años avala su preciso control de la pelota en espacios cortos, su facilidad para arrancar, desequilibrar  mediante cambios de ritmo, y la habilidad para esconder la pelota, cambiarla de pie y salir entre  uno o dos rivales. A esto suma unas sobresalientes condiciones atléticas y una gran coordinación en carrera, siendo un jugador veloz, potente y muy díficil de parar en el eslalon, donde suele emplear la bicicleta, que se ha convertido en uno de sus sellos de identidad. Pero Dinamo, en el campeonato croata, es un equipo que basa su juego en la posesión, y cuyos rivales suelen defender en pocos metros y tratan de conceder pocas oportunidades para correr. En este sentido, su adaptación, desde el juego de Lokomotiva, donde contaba con más metros para exhibirse en carrera, a un estilo más pausado como el de Dinamo, ha sido impecable. Pjaca es un futbolista de notable talento asociativo y lectura de juego, no como organizador, sino más bien como dinamizador, ya que mueve con inteligencia y rapidez la pelota en corto, tirando la pared, buscando verticalizar el ataque. Aunque es capaz de ser profundo y ganar la línea de fondo, su tendencia es interior y en esta dirección están enfocados sus movimientos con y sin la pelota, de forma que es habitual que aparezca entre líneas o trace la diagonal tras recibir abierto. En los últimos metros es letal tanto para asistir como para finalizar, haciendo gala de su magnífico disparo, habitualmente golpeos cruzados con el interior. Cuando ha actuado como mediapunta o delantero, normalmente bajo la batuta de Niko Kovač en la selección U21 y posteriormente en la absoluta, ha gozado de libertad de movimientos, y pese a que en este contexto sus recepciones son de espaldas a la portería, se gira con facilidad y permite agilizar el juego en 3/4. Para terminar, conviene reseñar algo en lo que sus técnicos han insistido a la par que sus vistosas características ofensivas: su responsabilidad y compromiso en tareas defensivas, sumando trabajo en ambas mitades del campo.

Su técnico en Dinamo le señala como un ejemplo dentro y fuera del campo. Durante sus inicios y en su corto recorrido profesional Pjaca ha mantenido una  magnífica actitud ante momentos de dificultad. Así, cuando decidió abandonar la escuela formativa de Dinamo para volver a su club de origen, una situación en la que demostró una gran madurez a una edad muy temprana. Posteriormente en su regreso al Maksimir, esta vez en sus primeros compases con el primer equipo, aceptando con deportividad la suplencia pese a haber demostrado más sobre el campo que sus competidores. Y la más reciente, una lesión en la clavícula cuando recuperaba las mejores sensaciones tras un tramo irregular. Su rápida recuperación de la misma sorprendió al cuerpo médico y Pjaca cerró la temporada con 3 goles en las últimas 5 jornadas. De cara a los medios siempre ha antepuesto al colectivo pese a contarse entre las figuras del campeonato, ha mantenido un discurso prudente y respetuoso con el rival, y no se le conocen escándalos fuera del campo. En una época en la que la atención mediática convierte a los chicos prematuramente en estrellas, Pjaca se ha mantenido alejado de los lujos, vive en el mismo apartamento, con su familia, a la que entrega su salario. 

“No se parece a Mandžukić, ni siquiera un poco. Si tuviese que sacarle un parecido sería con Karim Benzema, por su regate y habilidad en el uno contra uno”. Tomislav Ivković, su entrenador en Lokomotiva.

“En el futuro realmente creo que puede jugar en uno de los mejores equipos del mundo, como lo han hecho nuestros Mandžukić, Modrić, Eduardo…Pienso que puede alcanzar ese nivel”.
Zoran Mamić, su entrenador en Dinamo.

“Pjaca ha sido nuestro mejor jugador. Ha verticalizado nuestro juego, justo lo que le pedíamos. Ha demostrado que puede adaptarse a cualquier sistema y creo que hemos ganado con él a un jugador muy importante para Croacia en el futuro” Niko Kovac, tras el tercer partido de Pjaca como internacional absoluto (contra Azerbaiyán, 0-0).

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